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¿Qué es el jabón? Historia y composición

Publicado por Sebastián Gabler en

El jabón es un producto ampliamente utilizado en la higiene industrial y personal, pero su historia y composición a menudo son desconocidas para la mayoría de las personas. Por eso, aquí veremos cómo es el mundo del jabón, su historia, su composición química, por qué funciona tan bien para la limpieza y sus diferentes propiedades.

Además, analizaremos los diversos métodos de obtención del jabón y aclararemos las diferencias fundamentales entre el jabón y los detergentes modernos. ¡Empecemos!

Origen del jabón: Historia

El origen exacto del jabón es un misterio histórico, con diversas teorías que apuntan a diferentes épocas y civilizaciones.

Algunas referencias sugieren que el jabón podría haber tenido sus inicios en Babilonia alrededor del 2800 a.C., en Egipto en el 1500 a.C., o incluso en Fenicia alrededor del 600 a.C. Sin embargo, ubicar el origen exacto sigue siendo un desafío, y algunas teorías sostienen que es prácticamente imposible determinar su punto de inicio.

A pesar de la incertidumbre en cuanto al origen, se sabe que la humanidad tenía conocimiento sobre las propiedades limpiadoras de las cenizas de plantas desde tiempos inmemoriales. La producción rudimentaria de jabón implicaba combinar grasa animal y cenizas, lo que podría haber surgido como un subproducto de otras actividades, como la caza y la matanza de animales.

Esta combinación daba lugar a la saponificación, un proceso químico clave en la fabricación de jabón, en el que profundizaremos más adelante.

A lo largo de la historia, se fueron mejorando los procesos de producción y se adquirieron más conocimientos científicos sobre el jabón. El jabón se utilizó inicialmente para lavar tejidos y ropa, y solo más tarde se incorporó a la higiene personal. Un antiguo médico griego, Galeno, mencionó el valor del jabón para la limpieza del cuerpo con el fin de prevenir enfermedades en el siglo II d.C.

Tipos de jabones

A lo largo del tiempo, se desarrollaron diversos tipos de jabones, cada uno con sus características y aplicaciones específicas. Uno de los avances significativos en la fabricación de jabón ocurrió en la ciudad italiana de Savona, donde se comenzó a producir un jabón de alta calidad a partir del aceite de oliva. Esta innovación marcó un importante paso adelante en la calidad de los jabones disponibles.

En España, se creó el jabón de Castilla, que se destacó por la calidad de su barrilla, las cenizas del almajo utilizadas como álcali. Estos diferentes tipos de jabones a lo largo de la historia reflejan una evolución continua en la producción y la mejora de sus ingredientes.

Composición química del jabón

La composición química del jabón es fundamental para comprender su funcionamiento. Los jabones son sales sódicas o potásicas de ácidos grasos que son solubles en agua. Se elaboran a partir de grasas o aceites, que son mezclas de triacilglicéridos, a través de un proceso conocido como saponificación.

Este proceso implica la reacción de un cuerpo graso con un alcalino, como el hidróxido de sodio (soda cáustica) o el hidróxido de potasio, para obtener las sales de los ácidos grasos que componen el jabón. Así se logra que el jabón tenga un pH ideal para la limpieza.

¿Por qué funciona el jabón?

El jabón tiene la capacidad única de limpiar debido a su estructura química especial. Cada molécula de jabón consta de dos extremos con diferentes afinidades. Uno de los extremos de la molécula es polar y afín al agua, mientras que el otro extremo es lipofílico y se relaciona con las grasas.

Cuando se usa jabón, las moléculas de jabón forman micelas en el agua. Las micelas son conjuntos de moléculas de jabón donde los extremos con carga están orientados hacia la superficie del conjunto, mientras que las cadenas lipofílicas quedan en el interior. Esto crea partículas estables que pueden rodear y eliminar la grasa.

Las manchas de grasa no se disuelven fácilmente en agua porque son insolubles en ella. Sin embargo, el jabón permite que la grasa se disperse en el agua formando micelas. Como resultado, la grasa se elimina con el agua durante el proceso de lavado.

Propiedades del jabón

El jabón presenta diversas propiedades que lo hacen útil en la limpieza y la higiene. Entre estas propiedades se incluyen:

  • Reducción de la tensión superficial del agua: El jabón tiene la capacidad de reducir la tensión superficial del agua, lo que permite que el agua penetre mejor en las superficies y elimine la suciedad de manera eficaz.
  • Emulsificación de la grasa: Gracias a su estructura molecular única, el jabón puede emulsionar la grasa. Esto significa que puede dispersar las partículas de grasa en el agua, lo que lo hace efectivo para eliminar manchas grasosas y aceites.
  • Acción detergente: El jabón ejerce una acción detergente al tener moléculas con una parte liposoluble y otra hidrosoluble. Esta dualidad permite que el jabón pueda interactuar tanto con la grasa como con el agua, lo que facilita la eliminación de suciedad y manchas en diferentes superficies.

Métodos de obtención del jabón

Existen varios métodos para obtener jabón, ya sea de forma casera o a nivel industrial. En esencia, el proceso de fabricación de jabón consta de tres fases: saponificación, sangrado y moldeado.

En el proceso de saponificación, las grasas se combinan con un alcalino, como la soda cáustica, en grandes calderas. Esta reacción química genera jabón y glicerina, así como una lejía residual. Luego, el jabón se somete a la fase de sangrado, donde se le añade sal común para separar el jabón de la lejía y la glicerina no reaccionada. Finalmente, el jabón se moldea y corta en pedazos.

Diferencia entre jabón y detergente

A menudo, se confunde el jabón con los detergentes, ya que ambos se utilizan para la limpieza y la eliminación de la suciedad. Sin embargo, existen diferencias significativas entre estos dos productos.

Los jabones se derivan de fuentes naturales, como grasas y aceites, y son biodegradables. Además, los jabones son efectivos para eliminar la grasa y las manchas en entornos de agua blanda. Sin embargo, tienden a reaccionar con las sales minerales presentes en aguas duras, lo que disminuye su eficacia.

Por otro lado, los detergentes son productos de limpieza más eficaces y versátiles en comparación con los jabones. Se componen de una mezcla de surfactantes y otros ingredientes, muchos de los cuales se derivan de productos petroquímicos. Los detergentes pueden trabajar en una amplia gama de condiciones de agua y son menos sensibles a la dureza del agua que los jabones. Además, los detergentes pueden incluir componentes como agentes ablandadores de agua, blanqueadores y enzimas para eliminar manchas orgánicas.

Y el jabón líquido... ¿Funciona igual?

El jabón líquido comparte muchas de sus propiedades con el jabón sólido. Sin embargo, su formato líquido le proporciona algunas ventajas adicionales en términos de facilidad de uso y versatilidad.

El jabón líquido se ha convertido en una opción popular en la higiene personal e industrial debido a su conveniencia. Este formato es versátil, se mezcla fácilmente con otros ingredientes y se almacena de manera conveniente, lo que lo hace ideal para aplicaciones diversas, desde lavado de manos hasta limpieza de superficies.

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